¿Beber café podría hacerte más longevo? Esto dice la ciencia
Sin embargo, también presenta riesgos, como la presencia de acrilamida, un compuesto potencialmente cancerígeno, y efectos temporales en la presión arterial.
CIUDAD DE MÉXICO.- El café ha sido durante siglos una bebida que acompaña a millones de personas al comenzar su día. Más allá de su conocido efecto energético, investigaciones recientes sugieren que el consumo regular de esta bebida podría tener efectos beneficiosos para la salud. Aunque en ocasiones se ha señalado la presencia de compuestos potencialmente dañinos, como la acrilamida, el balance entre los beneficios y riesgos parece inclinarse a favor de una ingesta moderada.
Beneficios del café: más allá de la cafeína
El café no solo es una fuente de cafeína, sino que también contiene antioxidantes, vitaminas del grupo B, minerales como el magnesio, y compuestos bioactivos que tienen efectos positivos en el organismo. Estudios científicos han vinculado su consumo con una menor probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas, como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer, en especial los de colon e hígado.
Además, el café tiene la capacidad de proteger el cerebro contra enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. La cafeína y otros compuestos bioactivos presentes en el café ayudan a proteger las neuronas, lo que podría retrasar el deterioro cognitivo. Esto convierte al café en una opción atractiva para quienes buscan mantener su salud cerebral a lo largo del tiempo.
El café también es conocido por mejorar el rendimiento físico y mental. La cafeína aumenta el estado de alerta y la concentración, y tiene efectos positivos en el rendimiento durante actividades físicas. Este beneficio lo hace ideal para aquellos que necesitan mantenerse activos durante largas jornadas laborales o entrenamientos.
El lado oscuro del café: riesgos potenciales
Aunque el café es beneficioso, no está exento de riesgos. Uno de los principales compuestos que genera preocupación es la acrilamida, una sustancia química que se forma durante el tostado de los granos a altas temperaturas. La acrilamida ha sido clasificada como “probablemente cancerígena” para los humanos, lo que ha generado debate sobre su consumo.
Sin embargo, los niveles de acrilamida presentes en el café son mucho más bajos que los utilizados en estudios experimentales con animales, y no hay pruebas concluyentes que demuestren que su presencia en las cantidades que consumimos represente un riesgo significativo para la salud humana.
Otro aspecto a considerar son los efectos del café en la salud cardiovascular. Aunque se ha observado que el café puede elevar temporalmente la presión arterial, este efecto es leve y transitorio en la mayoría de las personas. Además, el café sin filtrar, como el café turco o de prensa francesa, ha sido relacionado con un aumento en los niveles de colesterol LDL, pero este efecto solo se presenta cuando se consume en grandes cantidades.
Beneficios que superan los riesgos
A pesar de los riesgos potenciales, los beneficios del café parecen superar sus inconvenientes, especialmente cuando se consume con moderación, es decir, entre 3 y 4 tazas al día. Los compuestos antioxidantes y antiinflamatorios presentes en el café, como los polifenoles y diterpenos, juegan un papel crucial en su capacidad para prevenir enfermedades crónicas y mejorar la salud a largo plazo.
Numerosos estudios han demostrado que consumir entre 3 y 5 tazas de café al día está relacionado con una mayor esperanza de vida y un menor riesgo de padecer enfermedades crónicas. No obstante, se requiere de más investigaciones clínicas para confirmar si estas asociaciones son efectivamente causales.
El café descafeinado también conserva la mayoría de sus beneficios antioxidantes y bioactivos, por lo que quienes prefieren evitar la cafeína pueden disfrutar de sus propiedades protectoras sin comprometer su salud.
¿Cuándo evitar el café?
Aunque el café ofrece múltiples beneficios, no todas las personas deben consumirlo regularmente. Las personas con problemas de ansiedad, insomnio o hipertensión no controlada pueden experimentar efectos adversos debido a la cafeína. Además, las mujeres embarazadas o en período de lactancia deben limitar su consumo, ya que grandes cantidades de cafeína pueden afectar el desarrollo del feto o del bebé.
El café también puede agravar trastornos gastrointestinales como el reflujo gastroesofágico o la gastritis, por lo que aquellas personas que padecen estas afecciones deben optar por alternativas menos irritantes. En estos casos, el café descafeinado o los métodos de preparación más suaves pueden ser una opción más adecuada.
Por lo tanto, es importante considerar las condiciones de salud individuales antes de consumir café regularmente.
El café en perspectiva: moderación y métodos de preparación
En resumen, el café es una bebida con beneficios significativos para la salud si se consume de manera adecuada y en moderación. La clave está en elegir métodos de preparación más saludables, como el café filtrado, y evitar el consumo excesivo de aditivos como azúcar, cremas o jarabes.
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Para quienes prefieren evitar la cafeína, el café descafeinado sigue siendo una excelente opción que conserva la mayoría de los beneficios antioxidantes. En última instancia, disfrutar del café como parte de una dieta equilibrada y moderada es la mejor forma de aprovechar sus ventajas mientras se minimizan los riesgos.
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